Cuál es tu nombre,
no escondas la materia de tu cuerpo,
no aúlles como el lobo malherido,
no mientas,
no dejes que te invada el frío.
El invierno sigue en las paredes,
la simiente se oculta bajo tierra,
pero tú,
tú sigues con el miedo,
rozando la carne de los labios,
demostrando el temblor de la piedra
que en las noches se agrieta.
El desierto no es un lugar habitable.
Plas, plas, plas...
ResponderEliminarni en los oasis?
ResponderEliminarme encanta, genial como siempre Antonio.
ResponderEliminarUn beso,
Yolanda