viernes, 18 de junio de 2010

LA ESTAMPIDA DE BÚFALOS

Estaba allí, en la orilla del asfalto,
esperando algún camión pasar.
Desierto árido de fuego y esperma,
cuando aquella chica me arrojó del coche en marcha.
Desnudo como un frágil recién nacido,
la cabeza ensangrentada,
hinchados los ojos del llanto nocturno y frío.
Una columna de humo, montaña abajo,
y el chirriar de las ruedas de un viejo Dodge
me cambiaron el ánimo.
Invadí la calzada,
pero el gran hijo de puta pasó de largo,
con su bigote grasiento y los labios aburridos.
Ví la estela azulada alejarse despacio
y en el horizonte, montaña abajo,
la estampida de búfalos como una apisonadora.
Estúpido.
Sólo tenías que haberte detenido al pasar a mi lado.

domingo, 13 de junio de 2010

RESACA

La lluvia marca el domingo,
la miel quema en las manos,
tienes un diario en blanco,
las páginas pesan como el tiempo
que pasa despacio,
que arruina las flores amarillas.
Un hilo de humo azota la habitación.
Llegan ladridos invisibles del rincón
que observo.
La ropa tendida desprende humedad.
Termino por rendirme.
Apago las luces.