martes, 27 de octubre de 2009

SINTONÍA

Me susurras –buenos días-,
me regalas canciones que no entiendo,
tus palabras se entrecortan
cuando atravieso los montes escarpados,
cuando decido que ya no me vales.
Entonces corro el riesgo de buscar otra voz,
quizá cantos elegíacos
o simplemente alguien que me hable del tiempo.
Sólo buscaba pasar el rato, nada más,
nada serio al otro lado del dial.

martes, 13 de octubre de 2009

VIAJE SIN RETORNO


El coche iba a toda velocidad por la autopista, dejaban atrás el sol y se acercaban a la noche. Ella curioseaba en las cosas de él. Encontró un cuaderno de tapa roja, con frases sin terminar, con apuntes de canciones, breves notas. Canturreo algunas, parecían hermosas en su voz. En la radio sonaba una vieja canción italiana. Él le dijo que tenía la boca seca. Ella le acercó la botella de agua. Pasaba las páginas con lentitud, pausadamente descubría un universo oculto. Aquel cuaderno era un pasaporte al inconsciente. Él le pidió que no siguiera. Ella leyó las últimas líneas: `desde hace días sólo pienso en desvanecerme en su boca´

lunes, 12 de octubre de 2009

LA ESPALDA DEL MUNDO



Aquella noticia recorrió el planeta. En la sección de anuncios breves de un periódico local destacaba un texto: “Se busca lector perdido. Mediana edad, traje y sombrero de detective, corbata verde pistacho, ojos grandes y catalejo en mano. Visto por última vez en la Librería Atlas”. Había dejado a su librero un documento, en él aseguraba estar en disposición de ofrecer una importante información. Un paraíso a espaldas del rugido del mundo. Un lugar donde enfrentarse a solas con la palabra escrita y la imagen. Un reflejo de binomios fantásticos. Un punto que no figuraba en los mapas. Eso sí, era necesario dominar las artes de la acrobacia, había que adentrarse en un mar de fuerte oleaje, evitar un faro de luz cegadora, rodear la Tierra, colocarse a la espalda, subir con tantas sillas como fuese posible y nunca volver la nariz hacia el oeste, de donde llegaba un fétido olor a capitalismo. Poco después, apareció muerto en la orilla del mar, con el catalejo bien aferrado a su mano.
[Fotografía: Noe, Nice´07]