martes, 31 de mayo de 2011

VIAJE TELEGRÁFICO A PARÍS

El avión toma tierra,
la lluvia remueve tu pelo,
las manos entrelazadas
son solo un espejismo,
tus guantes te delatan.
Un taxi se detiene junto al hotel,
las maletas pesan,
te apetece bailar un charlestón.
Es de noche,
la lluvia remueve tu pelo,
sales huyendo,
se oyen carcajadas por toda la calle.
Alguien grita,
doblo la esquina y estás allí,
el pañuelo de seda cae al suelo,
lloras.
Un chico de pelo corto corre.
En la comisaría hablan francés,
es evidente
pero ni tú ni yo entendemos nada.
Volvemos al lugar del crimen,
corremos,
tres manzanas más abajo
encontramos
un oscuro callejón y una tapia.
No está el dinero, pero sí el pasaporte,
el móvil y el billete de vuelta.
Te tranquilizas.
Me hubiera gustado
que perdieras la identidad,
saber si te hubieras arriesgado
a desaparecer en las calles mojadas,
tu pelo mojado por la lluvia,
la lentitud de mi mano
perdida en tus flecos.

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