jueves, 21 de abril de 2011

COMBUSTIÓN

Camina despacio,
habita los arcenes de la carretera,
necesita sentir que el cielo toca el suelo.
Allí a lo lejos otea la silueta gastada
de un árbol,
las ramas buscan hojas
que abriguen su cuerpo quemado
por el rugido de un motor.
Recoge cenizas y cubre su rostro
de un gris azulado,
respira monóxido de carbono,
quiere ahullentar
los fuertes latidos de su corazón.
No es suficiente;
su retina aún guarda
los recuerdos eléctricos
que le atenazan al mundo.

3 comentarios: